Ser opositor es ser golpista
La reforma previsional aplicada por el gobierno nacional aún duele, es un dolor silencioso, volátil, pero persistente. Es una de esas cosas que la historia recordará como lo que es, una infamia, un latigazo en la carne, un golpe tan despiadado que no duele solo en el lomo de la víctima sino también en la vergüenza del verdugo y en la cobardía del testigo mudo. En política local la concejal Sartelli expresó su rechazo a la nueva ley en el mismo recinto del concejo deliberante en un texto que vale la pena leer tantas veces como se pueda (1). Desde el bloque de Cambiemos no hubo nada, no hubo debate, no hubo argumentos, no hubo atenuantes ni justificativos, solo una frase del concejal Bouvier que de ser cierta quedará como el icono local de la posverdad. “Estoy cansado de los golpistas Kircheneristas” habría expresado enfático cuando Sartelli terminó.
Hablar de posverdad es hacer referencia al mundo al revés de la política, a esas cosas que algunos políticos repiten sin que sean verdad y que la opinión pública por diferentes razones acepta como verdad aunque los hechos objetivos digan otra cosa. En esa lógica, para el concejal radical parece ser que ser opositor es ser golpista. Es el mal de trasferencia psicológica que padecen los conservadores, porque los conservadores siempre vieron la política de ese modo, cuando fueron opositores fueron golpistas.
La verdad histórica dice otra cosa, el justicialismo nunca participó en un golpe de estado (mucho menos el Kirchnerismo). Ante la falacia, ante la posverdad, queda la historia.
El 16 de junio 1955 un grupo de aviones de la marina con el lema “Cristo Vence” bombardearon la casa rosada intentando matar al presidente Perón, más de 300 civiles inocentes murieron ese mediodía. Tres meses después, con el nombre “revolución libertadora” (la historia la llamo “la fusiladora”) un golpe de estado cívico militar derrocó a Perón quien se marchó al exilio.
Para aquel entonces el dirigente peronista Julio Dario Alessandro era el intendente de Rojas, ante los acontecimientos nefastos que se vivían en el país presentó su renuncia antes de ser arrestado y encarcelado. En un interesante artículo de Historias de Rojas (2) se puede leer como se comportaron algunos radicales de Rojas. ”Una nutrida manifestación de apoyo al golpe integrada por simpatizantes radicales que dio comienzo en la sede partidaria (Club Unión) y luego se desplazó hacia la plaza San Martín donde una comitiva depositó una ofrenda floral con el rótulo “ciudadanía libre de Rojas” en el monumento al Libertador”.
La dictadura gobernante de aquel entonces (Lonardi, Aramburu y Rojas) nombró como Comisionado Municipal al reconocido dirigente radical Lorenzo Sábato. Ironías de la historia, o sabias palabras las de Borges cuando decía “a la historia le gustan las simetrías”; junto a Bouvier, en el consejo deliberante, en la casa local de la democracia, la noche del supuesto incidente con Sartelli, estuvo sentada la concejal de la alianza ucr-conservadora Cambiemos Alejandra Sábato, nieta del comisionado municipal radical de la dictadura .
(1) https://www.facebook.com/ucrojas/posts/953252181479644
(2) http://www.historiasderojas.com.ar/index1.php?id=id00067
(3) https://www.pagina12.com.ar/1999/99-09/99-09-14/pag07o.htm