Muertes aceptadas
Muertes aceptadas: A la memoria de Rodrigo y Baltasar!
El 28 de diciembre último Rojas tuvo una tragedia, murieron dos de nuestros pibes, murieron haciéndose una changa y por la decidía de una empresa agropecuaria, murieron víctimas del arma preferida de los poderosos, el abuso. Poder, abuso y “muerte aceptada” es la trilogía del espanto que pudre a las sociedades ignorantes, cobardes y miserables. Sociedades que, en ocasiones, tienen la moralidad y dignidad de deconstruirse para cambiar esos paradigmas infames como lo vimos con el movimiento feminista.
Baltasar de solo 16 años y Rodrigo con 18 recién cumplidos fueron víctimas de una sociedad inmoral que somete y abusa, de una sociedad que siembra una idea fascista del “trabajo”, que pone al “trabajo” en un lugar de bien supremo (poder) que todo lo puede(abuso) y al que todo se le permite(hasta la muerte), un bien que “per se” puede chuparle a los pibes la niñez, el aula, la risa, el futuro y la vida. No hay nada más fascista y abusivo que la explotación, es opresiva, es violenta, es autoritaria; tan fascista es esa idea que en una de las entradas de Auschwitz había un cartel que decía “El trabajo los hará libres”. ¿En qué pensaban los nazis cuando hablaban de trabajo? ¿En que pensamos nosotros?

El bloque pro/ucr oligárquico haciendo eco de su historia, atacando al trabajador y haciendo silencio contra el patrón.(Las imagenes pueden estar sujetas a derecho de autor)
Rodrigo y Baltasar no fueron inhumados en la Casa de la Cultura, no tuvieron tres días de luto decretado por el municipio, no tuvieron al concejal Scardino (el ángel) saliendo en medios nacionales prometiendo ir a fondo contra la empresa Hnos. Cheddad como si lo hizo contra un profesor por una estúpida sopa de letras, no tuvieron su “con los chicos no!”. Rodrigo y Baltasar murieron “trabajando”, no hubo marchas ni repudios, no hubo nada porque fueron de esas “muertes aceptadas”, son los riesgos que se corren, no hay abusadores ni asesinos, solo víctimas, fueron como aquellas chicas de polleras cortas violadas y asesinadas a las que se solía acusar de buscar su propia muerte. Rodrigo y Baltasar fueron abusados y asesinados por una sociedad que no ha tenido el valor de deconstruir el concepto de trabajo y ostentar la legitimidad de llamar hijos de puta, escupirlos en la cara y mandarlos en cana a empleadores poderosos y abusivos como los Cheddad.
Algún día sucederá, ellas pudieron, algún día los trabajadores tendremos ese mismo valor de empoderarnos para romper el abuso cultural y la pleitesía que goza el que tiene el poder de dar trabajo, algún día los trabajadores tendremos nuestra revolución, algún día dejaremos de llamar trabajo a las changas esclavas y mal pagas, algún día dejaremos de creer que es bueno y sano que un pibe labure si terminar la escuela, algún día romperemos los candados de las tranqueras para cumplir con el destino de la patria como pidió el General Perón(1) en defensa de los mas desprotegidos.