El gueto “docente”
Vidal, Rossi y Salgado han expuesto y exhibido como trofeo las cabezas de Carla y de Gustavo como ejemplos adoctrinadores ante el descuido cómplice de muchos de los colegas docentes que prefieren hacerse los distraídos y mirar para otro lado.
La gobernadora María Eugenia Vidal ha estigmatizado a los docentes, los ha transformado con cruel eficacia en enemigos de la sociedad y responsables de gran parte de los males que aqueja a la provincia de Buenos Aires. La humillación, la persecución, la denigración entre otros ataques son parte de esa estrategia que tiene el odio social como eje de construcción y el miedo como herramienta ejecutora.

Rosario Salgado Ispectora jefe Distrital de Rojas (Las imagenes pueden estar sujetas a derecho de autor. Mas información)
En Rojas el intendente Rossi ha seguido con precisa dedicación la senda de persecución indicada por la gobernadora Vidal. Para ello tiene a Rosario Salgado como inspectora distrital, una pergaminense con impronta autoritaria, maltratadora y hostil a su propia clase docente. Más allá de las formas y el maltrato o destrato con el que gestiona, bajo su conducción Rojas tiene hoy una docente sumariada por realizar paro de actividades y otro separado de sus funciones por una insignificante sopa de letra con la frase “Macri Gato”, ambos casos exhibidos y utilizados políticamente por el gobierno UCR-Cambiemos como ejemplos adoctrinadores y multiplicadores del miedo al gremio docente.
Escribe Sarmiento sobre la muerte del caudillo Peñaloza: “Chacho…haciendo la guerra por su propia cuenta murió en guerra de policía en donde fue aprehendido y su cabeza puesta en un poste en el teatro de sus fechorías”. El gran poeta argentino José Hernandez le contesta: “Los salvajes unitarios están de fiesta. Celebran en estos momentos la muerte de unos de los caudillos más prestigiosos, más generosos, y más valientes que ha tenido la República Argentina. El general Peñaloza ha sido degollado (…) en su propio lecho y su cabeza ha sido conducida como prueba del buen desempeño al bárbaro Sarmiento. El partido que invoca la ilustración, la decencia, el progreso, acaba con sus enemigos cociéndolos a puñaladas”. JPFerinmann (1)

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Es la forma de gobernar de los ilustrados, de la misma forma Vidal, Rossi y Salgado han expuesto y exhibido como trofeo las cabezas de Carla y de Gustavo como ejemplos adoctrinadores ante el descuido cómplice de muchos de los colegas docentes que prefieren hacerse los distraídos y mirar para otro lado.
¿Tienen miedo? En estas épocas todos lo tenemos, el miedo es como un veneno imperceptible esparcido por el aire, a veces se hace real y presente con su ferocidad y cuando no, aun en su ausencia, provoca una psicosis de “terror” que nos atraviesa y desfigura a todos. En la mítica película “El huevo de la Serpiente” producida por Dino De Laurentiis que relata los primeros síntomas del nazismo alemán, el protagonista(David Carradine), sospechoso de 5 asesinatos, le pregunta al funcionario público policial que lo interroga “¿Hacen esto porque soy judío?”. El funcionario lo mira fijo y profundo, consternado, casi abatido, “todo lo hacemos por miedo” le contesta con signos de resignación y vergüenza.
Aun así debo advertirles queridos docentes que nada nos obliga y por eso nada nos excusa. Es en el miedo donde más debemos “ser”.
En la Alemania Nazi los guetos fueron el primer destino del “enemigo judío”, barrios sellados por el ejército alemán donde el “mal judío” fue encerrado y controlado a base del miedo y el hambre. Como organización interna los guetos estaban dirigidos por el Judenrat, un consejo formado por propios judíos que tenían como función mantener el orden interno, controlar la policía judía y relacionarse con los mandos miliares nazis. Adam Czerniaków fue presidente del gueto de Varsovia, se suicidó en sus funciones antes de cumplir la orden de entregar a miles de los suyos. Chaim Rumkowski sin embargo, miembro del judenrat que gobernó el gueto de Lodz en Polonia, fue un activo colaborador de los nazis, entregador de los suyos y delator de la “resistencia”. También él murió, aunque en las cámaras de gas de Aswitch.
Desde acá llamo a la reflexión de las autoridades educativas Rosario Salgado y Graciela Rossi, a inspectores, a directivos, y a los docentes, padres y políticos afines que recorren los pasillos de las instituciones educativas y los cuadernos de los chicos como contralores de este sistema opresivo para que depongan esa actitud parapolicial y no alimenten a una bestia que difícilmente puedan controlar. Si no lo hacen el futuro es incierto.
Dice el doctor Vergérus en el final de la película del fantástico Ingmar Bergman,
“… puedo ver lo que depara el futuro, es como un huevo de serpiente, a través de la delgada membrana se puede distinguir un reptil ya formado”.
Policia Judia controlando a su gente en el gueto. (Las imagenes pueden estar sujetas a derecho de autor. Mas información)